noviembre 23, 2024
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Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Las empresas se ven cada vez más obligadas a informar sobre sus esfuerzos de sostenibilidad. Sin embargo, hay poca armonización entre las muchas organizaciones que establecen estándares de sostenibilidad.

Hervé Stolowy y Luc Paugam, maestros de contabilidad de HEC Paris, se propusieron crear una imagen del estado actual de los estándares de informes de sostenibilidad y lo que realmente significan.

Encontraron tres hallazgos clave: Falta de armonización de las normas, objetivos diversos y convergencia en la divulgación de emisiones de carbono.

Ahora, cada vez más, los inversores, accionistas y otras partes interesadas de la empresa recurren a los informes de sostenibilidad como una forma de comprender mejor el éxito de una empresa.

Tales informes de sostenibilidad divulgan cómo una empresa integra los factores relacionados con los criterios ESG y qué hace para mejorarlo.

Estos informes son una forma de revelar cómo una empresa integra factores relacionados con el Medio Ambiente, lo Social y la Gobernanza (ESG), y reportar qué hace para mejorar su impacto en esas dimensiones.

Como medida del éxito empresarial, va más allá de los estándares claros de los informes financieros tradicionales. Ahora, dada la ausencia de definiciones estandarizadas de lo que es “sostenible”, la influencia potencial de diferentes motivaciones políticas difiere entre los distintos países.

También debe considerarse la participación de múltiples entidades en el establecimiento de normas. Entonces ¿se pueden armonizar los informes de sostenibilidad?

En 2005, Europa adoptó las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), que condujo a la convergencia en torno a un conjunto unificado de normas de información financiera.

Sin embargo, cuando se trata de informes de sostenibilidad, parece que el establecimiento de normas puede no ser tan sencillo. Nos propusimos investigar los obstáculos que se interponen en el camino de la convergencia de la sostenibilidad.

  1. Definiciones de sostenibilidad. Existe un alto grado de heterogeneidad en las definiciones de los conceptos de sostenibilidad. Las definiciones de los factores que contribuyen a estos conceptos también varían.
  2. Un número sin precedentes de organizaciones normativas. Existen 17 organizaciones involucradas en la elaboración de informes de sostenibilidad en todo el mundo. Comprenden organizaciones sin fines de lucro, consorcios empresariales, organizaciones benéficas e iniciativas de las Naciones Unidas. Huelga decir que lograr que se pongan de acuerdo sobre factores y definiciones y los implementen es mucho más difícil que lograr que tres organizaciones converjan en estándares.
  3. Diferentes requerimientos. Existe una diversidad de requisitos de presentación de informes en las principales organizaciones de normalización.

A nivel internacional, la Fundación IFRS ha creado el ISSB (International Sustainability Standards Board). En Europa, las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (ESRS) son establecidas por el Sustainability Reporting Board (JUR), un comité del Grupo Consultivo Europeo de Información Financiera (EFRAG).

Las empresas que cotizan en bolsa en Estados Unidos siguen los requisitos de la Comisión de Bolsa y Valores, que inició las discusiones sobre las divulgaciones financieras relacionadas con el clima.

Los requisitos de presentación de informes no están estandarizados en estos organismos, y las empresas adoptan diferentes formas de informar debido a la diversidad en los requisitos de presentación de informes.

  1. Diversidad de objetivos. Las organizaciones tienen diferentes objetivos generales y parecen estar en desacuerdo sobre cuál debería ser el enfoque de los informes de sostenibilidad. En concreto, Europa adopta un enfoque de “doble materialidad”, centrándose en el impacto financiero y social de la sostenibilidad. Por el contrario, el enfoque de la ISSB (o la SEC) es el de la “materialidad única”, lo que significa que se centra únicamente en el impacto financiero de las cuestiones de sostenibilidad.

En resumen, los obstáculos para la convergencia global de los informes de sostenibilidad son sustanciales y múltiples. Involucran opiniones, factores sociales y motivaciones políticas y es difícil ver alguna forma de armonización en el futuro cercano.

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