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Por Redacción:
Ciudad de México, 17 de octubre de 2025. Un juez de control del Poder Judicial de la Ciudad de México vinculó ayer a proceso a Lex Ashton “N”, un joven de 19 años, por los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio, en relación con el brutal ataque perpetrado el 22 de septiembre en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur de la UNAM, donde un estudiante de 16 años perdió la vida y un trabajador resultó gravemente lesionado. La resolución, dictada tras una audiencia en las salas de juicios orales en la colonia Doctores, impone prisión preventiva justificada en el Reclusorio Oriente, mientras la defensa anuncia un amparo inmediato alegando omisiones judiciales y un “cuadro psicótico” que cuestiona la imputabilidad del acusado.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 10:00 horas del 22 de septiembre, cuando Lex Ashton ingresó a las instalaciones del CCH Sur, en la alcaldía Tlalpan, armado con una guadaña —un arma blanca de corte y punzocortante—. Sin mediar palabra, agredió a Jesús Israel “N”, un alumno de primer semestre de 16 años, causándole heridas letales en el cuello y tórax que le provocaron la muerte en el lugar. Un trabajador administrativo del plantel, quien intervino para detener la agresión, resultó herido en las extremidades y permanece hospitalizado en estado estable, según el último parte médico de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX). “El agresor actuó con alevosía y premeditación; ingresó con el arma oculta y buscó víctimas específicas, generando terror en la comunidad estudiantil”, detalló la fiscal Bertha Alcalde Luján en un comunicado oficial, confirmando que la carpeta de investigación incluye videos de cámaras de seguridad y testimonios de al menos 12 testigos oculares.
Tras el ataque, Ashton intentó huir escalando un edificio adyacente, pero cayó desde un tercer piso, sufriendo un coágulo cerebral y esguinces en ambas piernas. Fue internado en el Hospital General Regional 2 hasta el 10 de octubre, cuando, al recibir el alta, fue detenido por agentes de la Policía de Investigación (PDI) de la FGJ-CDMX mediante una orden de aprehensión. El 11 de octubre, un juez le impuso prisión preventiva, y durante la audiencia de ayer, la Fiscalía presentó peritajes balísticos, médicos y psicológicos que desestimaron argumentos de inimputabilidad. “El juez valoró las pruebas y determinó que no existe elemento para excluir el delito; el imputado actuó con pleno conocimiento de sus acciones”, afirmó Alcalde, al rechazar dictámenes de la Facultad de Psicología de la UNAM que la defensa presentó para argumentar un “brote psicótico crónico”.
El abogado defensor, David Retes, salió visiblemente indignado de la audiencia: “El juez fue omiso a las pruebas periciales en psicología y psiquiatría que demuestran que Lex ha sido valorado por años en la UNAM por trastornos mentales graves. No se permitió el desahogo completo de nuestros peritos, y ahora vive en un estado psicótico que pone en riesgo su vida en prisión. Buscaremos un amparo inmediato para transferirlo a una institución psiquiátrica y evitar una injusticia”, declaró Retes ante medios en las afueras del Reclusorio Oriente. Fuentes cercanas indican que la defensa alega que Ashton, originario de la alcaldía Cuauhtémoc y estudiante irregular en la UNAM, sufría de esquizofrenia no tratada, exacerbada por estrés académico, y que el ataque fue un “episodio delirante” sin intención premeditada.
El caso ha sacudido a la comunidad universitaria: el CCH Sur suspendió clases durante dos semanas y reforzó medidas de seguridad con guardias privados y revisiones en accesos, mientras alumnos y profesores exigen protocolos más estrictos contra la violencia escolar. La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, condenó el homicidio en X: “Luto por Jesús Israel y solidaridad con su familia; no toleraremos la impunidad en entornos educativos. Apoyaremos a la FGJ para una sentencia ejemplar”. La rectora de la UNAM, Luisa Elena Vega Ávila, ofreció apoyo psicológico a la comunidad y llamó a “reflexionar sobre la salud mental en la juventud”. En redes, #JusticiaPorJesús acumula 100 mil menciones, con testimonios de estudiantes: “Entramos con miedo; esto no puede repetirse”.
La FGJ-CDMX estima que el proceso podría extenderse hasta 2027, con penas de hasta 60 años por homicidio calificado si se demuestra alevosía. Mientras Ashton permanece aislado en el Reclusorio por su condición, este caso expone la fragilidad de la salud mental en México, donde 1 de cada 5 jóvenes enfrenta trastornos sin atención, según la Secretaría de Salud. Para la familia de Jesús Israel —un estudiante de bachillerato con sueños de ingeniería—, la vinculación es un paso hacia la justicia, pero el duelo persiste. En el CCH Sur, donde el eco de la guadaña aún resuena, la pregunta queda: ¿prevención o castigo? El juicio, como la herida, tardará en cerrarse.