
Por Luis Martínez Alcántara
Tras la imposición por parte de Trump de un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio el primer ministro entrante de Canadá, Mark Carney, expresó su disposición a reunirse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, siempre que se respete la soberanía canadiense. Durante una visita a una fábrica de acero en Hamilton enfatizó la importancia de renovar y relanzar la asociación económica y de seguridad entre ambos países.
Carney reconoció las preocupaciones de Trump respecto a los trabajadores estadounidenses y la crisis del fentanilo, pero calificó los aranceles como injustificados. “Hoy es un día difícil para Canadá y la industria debido a estos aranceles injustificados que se han impuesto”, declaró el futuro primer ministro. Canadá, como principal proveedor extranjero de acero y aluminio para Estados Unidos, se ve directamente afectado por estas medidas proteccionistas.
En respuesta a los aranceles estadounidenses, el gobierno canadiense anunció medidas de represalia por valor de 21,000 millones de dólares. Estas incluyen aranceles directos al acero y aluminio estadounidenses, así como a otros productos como ordenadores, calderas y material deportivo.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que esperará hasta el 2 de abril para decidir si aplica aranceles recíprocos a Estados Unidos en respuesta a las tarifas al acero y aluminio.
Aunque Canadá y la Unión Europea ya han anunciado represalias, México mantiene una postura cautelosa con la esperanza de negociar una solución. En las próximas semanas, altos funcionarios mexicanos mantendrán conversaciones con sus contrapartes en Washington para abordar el conflicto comercial.