noviembre 23, 2024
filantropía_ok

Por Felipe Vega, fundador y director de CECANI Latinoamérica

La salud mental de los jóvenes comienza a aparecen como objeto social de las organizaciones No Gubernamentales (ONG) a nivel mundial.

Esto no es fortuito: Millennials y la generación Z experimentan las caídas más significativas en el compromiso laboral desde 2020. Argumentan que no perciben desarrollo personal ni propósito en el trabajo que realizan. Incluso, cada vez son menos los roles que les apasionan y las tareas que realizan las consideran tediosas.

Esta desconexión preocupa a los líderes empresariales, universidades  y sociedad en general, dado que solo el 23% de las personas en todo el mundo están comprometidas con el trabajo mientras 59% hace el mínimo esfuerzo requerido y está psicológicamente desconectado de su empleador. El 18% está muy desconectado y actúa deliberadamente en contra de los intereses de sus organizaciones.  Gran parte de los zombies laborales son personas de menos de 34 años.

En distintas encuestas, los jóvenes manifiestan sentirse impotentes, ansiosos y deprimidos, sufrir de insomnio, dificultades para rendir, tener un intenso síndrome del impostor y reprimir su auténtico yo en el trabajo. Tal desconexión también incide en comportamientos autodestructivos como cinismo, retraimiento social e indefensión aprendida.

Después de sintetizar la investigación sobre la motivación en el lugar de trabajo y experimentar con varias estrategias, las asociaciones civiles desarrollaron un proceso de revitalización.

Inicia con el desapego: Aunque esto puede sonar como un primer paso contradictorio para superar la desconexión, es importante tomarse el tiempo para dar un paso atrás y analizar objetivamente la situación y sentimientos.

Se necesitas distancia y perspectiva para tomar decisiones acertadas. De lo contrario, simplemente se reacciona bajo una perspectiva de pesimismo. Conviene entonces implementar prácticas como la meditación, ejercicio, pensar en tercera persona o tomar descansos cortos.

Una acción crucial es implementar la autocompasión. Reconocer que todos tenemos necesidades psicológicas de interacción social, satisfacción intelectual, consideración positiva de los demás, sentimientos de logro. Una de las formas más efectivas de satisfacer esas necesidades es ayudar a otros a satisfacer las suyas. Esto puede dar perspectivas más positivas de cada uno de nosotros.

Se necesita asumir que los pensamientos, sentimientos y valores que se experimentan importan. Una manera de honrarlos es ser amable con uno mismo y mejorar las interacciones con los colegas al hacer contacto visual, observar las sutilezas sociales y apreciar las contribuciones de cada persona.

La empatía puede regresar el interés laboral. Se requiere curiosidad por otras personas. Observar su comportamiento, escuchar lo que dice, hacer preguntas y prestar atención a sus respuestas. Tratar de comprender los diferentes puntos de vista y conocimientos de clientes, jefes y compañeros en otros departamentos puede restablecer la conexión perdida.

Asimismo, tratar de encontrar personas que realmente te gusten en la oficina. Uno de los 12 elementos del compromiso de los empleados de Gallup es “Tengo un mejor amigo en el trabajo”, y la organización informa que es un predictor innegable de un mejor rendimiento. Así que busca personas con las que te conectes personalmente y trata de construir amistades reales. La idea es hacer del trabajo un lugar más agradable e interesante, incluso si el trabajo en sí es frustrante o mortífero.

Una estrategia infalible, siempre, es ayudar a los demás.

Esta es una de las mejores maneras de sentirse empoderado y hacer que el trabajo sea más significativo. Se puede hacer como parte del trabajo o en formas más pequeñas y “extracurriculares”, como organizar el refrigerador de la oficina, explicar el sistema de correo electrónico a un nuevo empleado o asesorar a un colega menos experimentado.

Los empleados comprometidos tienden a ser buenos ciudadanos en el lugar de trabajo, pero no es necesario sentirse comprometido para ayudar a otras personas. Curiosamente, se ha demostrado que brindar ayuda disminuye el agotamiento más que recibir ayuda. La filantropía siempre paga.

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